Planes para el otoño: el Muelle de las Carabelas. Durante este verano que hemos pasado en tierras onubenses, hemos aprovechado para visitar algunos lugares muy interesantes. Hemos tomado nota de planes que llevar a cabo durante este otoño en el que nos adentramos. En este post, propongo planes para el otoño: el Muelle de las Carabelas.
En el Muelle de las Carabelas podemos recorrer las réplicas de las carabelas Pinta y Niña y la nao Santa María, las naves con las que Cristóbal Colón y su tripulación hicieron la travesía que los llevaría al descubrimiento de América.
Los niños se lo pasan en grande subiendo y bajando empinadas escaleras y explorando los rincones de los barcos. Hemos aprovechado la experiencia para aprender sobre carabelas y naos.
¡Vamos, hablemos sobre las cosas que podemos encontrar y aprender en el Muelle de las Carabelas!
Y…Ya sabes, si te acuerdas de alguien leyendo el post, ¡compártelo!
Planes para el otoño: el Muelle de las Carabelas
El Muelle de las Carabelas, un museo que está en La Rábida
El Muelle de las Carabelas es un museo situado en La Rábida. La Rábida es un paraje que pertenece al municipio de Palos de la Frontera en la provincia de Huelva. Desde su puerto fluvial sobre el río Tinto, partieron el 12 de octubre de 1492 las carabelas con Cristóbal Colón al mando, en lo que sería la primera travesía rumbo al continente americano.
Aunque la flota de Colón partió desde el puerto de Palos, no es allí donde actualmente se encuentran las réplicas de las carabelas. A orillas también del río Tinto pero a unos kilómetros aguas abajo, se encuentra el Muelle de las Carabelas en La Rábida. La Rábida es un paraje que, desde el siglo XIV, alberga el monasterio franciscano de Santa María de la Rábida.
Es en el monasterio de la Rábida donde el almirante Cristóbal Colón se hospeda. Es allí donde organiza su viaje con destino al Nuevo Continente, gracias a la ayuda que le proporcionan algunos de los franciscanos que allí habitan. De ellos obtiene importantes contactos con profesionales de la mar que, años después, harían posible su viaje a través del océano Atlántico.
La Pinta, La Niña y La Santa María. Las réplicas.
Ya en el siglo XX, para las celebraciones del quinto centenario del descubrimiento de América, se construyeron las réplicas de las embarcaciones que llevaron a Cristóbal Colón a la conquista del nuevo continente. Fue en los astilleros de Barcelona, Cartagena e Isla Cristina donde confluye el trabajo de historiadores, ingenieros, carpinteros de ribera y artesanos para conseguir unas réplicas lo más fieles posibles a las embarcaciones originales.
El 3 de agosto de 1990 inician una ruta en la que se exponen en distintos puertos de España y Europa. El viaje termina en la exposición universal de Sevilla en 1992 donde recalan entre los meses de abril y de octubre de 1992. El 12 de octubre de 1992 finaliza la exposición universal. Los tres barcos dejan el muelle de la Isla de la Cartuja de Sevilla para mudarse al que es su hogar desde entonces. El Muelle de las Carabelas.
Fue una decisión acertada que la Pinta, la Niña y la Santa María encontrases su lugar definitivo en la Rábida. Ya que fue en la Rábida donde, tiempo antes de que se construyeran, se gestó y tomó forma lo que sería la importante travesía que llevó a Colón a descubrir América.
El Muelle de las Carabelas. Lo que el museo nos ofrece
Cuando entramos por la puerta principal al museo accedemos a un edificio que está abierto al Muelle. Este edificio cuenta con una sala de audiovisuales donde proyectan una película sobre el primer viaje de Cristóbal Colón a las Indias y sobre el Descubrimiento.
Por otra parte cuenta con una exposición permanente de elementos de la sociedad del siglo XV en general y elementos relacionados con la navegación.
En la parte alta se exponen algunos objetos de arte precolombino. Esta parte alta constituye un mirador que ofrece una vista panorámica del Muelle con sus tres habitantes, la Pinta, la Niña y la Santa María.
El recibidor de la planta baja nos da paso a la zona exterior. A un lado de las Carabelas está la recreación de un aldea medieval europea. Al otro lado, la recreación de una aldea del Nuevo Continente en el momento su descubrimiento por parte de la tripulación de las naves.
Sin duda, lo mejor del museo son las réplicas de las embarcaciones, la Pinta, la Niña y la Santa María
El Muelle de las Carabelas. La Pinta, la Niña y la Santa María.
Según salimos al exterior podemos ver las tres naves situadas de popa a proa, es decir vemos delante de nosotros la parte trasera. Digamos que si zarpasen en esa posición, veríamos como se alejan de nosotros. La nao Santa María, la embarcación más grande, está en el centro. A la derecha se ubica la Pinta y a la izquierda la Niña.
Se accede a ellas a través de dos pasarelas que discurren entre las naves.

Las naves. Cómo se llaman sus partes
Las tres naves que habitan el Muelle de las Carabelas, la Pinta, la Niña y la Santa María son embarcaciones propias de los siglos XV y XVI. Vamos a conocerlas mejor aprendiendo cómo se llaman sus partes.
Si una de estas embarcaciones navegara hacia nosotros, lo primero que vemos es la parte de delante o proa. Lo último que veremos será la popa, la parte de detrás. Si nos situamos en popa, tendremos delante todo el resto del barco. A la izquierda tendremos el lado de babor y a la derecha nos queda el lado de estribor. En la imagen, la proa está a la izquierda y la popa está a la derecha.

Pensemos en la imagen. Si accedemos a la carabela por la pasarela de acceso, vamos a dirigirnos a la izquierda. Subiremos la escalera para situarnos sobre la cubierta del castillo de proa.
Desde el castillo de proa podemos ver toda la nave de proa a popa. Si miramos hacia arriba veremos el elemento más alto, el mástil mayor que es el palo más alto y que está en el centro de la nave. Aunque nuestras carabelas de la Rábida no tienen colocadas las velas, este mástil mayor soportaría la vela mayor (la más grande). En el caso de la nao Santa María también vemos la cola o cesta para el vigía.
¿Qué otro elemento podemos apreciar desde el castillo de proa? El bauprés es el palo que sobresale de la embarcación por delante y soportaría la vela cebadera que se extiende fuera del barco.
Si seguimos en la proa, delante de nosotros encontramos el mástil del trinquete que sostendría la vela con el mismo nombre. Bajo la cubierta del castillo de proa está el fogón (la cocina del barco). Aquí, colgado del casco de la zona de proa está el ancla.
Si bajamos la escalera y recorremos la cubierta nos situamos sobre la bodega a la que se accede a través de una escotilla rectangular. Desde la cubierta, a lo largo del casco hay unas aperturas por las que asoman los cañones, son las lombardas.
Recorriendo a lo largo la cubierta principal llegamos hasta la zona de popa. Aquí encontramos otra escalera que nos lleva al castillo de popa cuya cubierta es la toldilla. La toldilla se extiende sobre la cubierta principal y de ella parte el mástil de mesana que soportaría la vela de mesana.. Bajo la toldilla se encuentra la cámara del capitán.
Dos carabelas y una nao
Generalmente se habla de las tres carabelas cuando nos referimos a las embarcaciones que llevaron a Colón y su tripulación a América por primera vez. La cuestión es que a simple vista del Muelle de las Carabelas, vemos que dos de los barcos se parecen pero el que se sitúa en medio es distinto a los otros dos.
Las carabelas son embarcaciones pequeñas y ligeras, con casco alargado y, aunque en el museo están desprovistas de ellas, las velas son triangulares, con tres mástiles sobre una sola cubierta, y sólo tienen castillo de popa. En definitiva están configuradas para ser naves rápidas y ágiles.
La nao es una embarcación más grande y pesada, con casco redondo, con más altura, las velas son cuadradas y se sitúan sobre tres mástiles. Tienen castillo de popa y de proa. A diferencia de las carabelas, tienen timón.

Información de interés
Os dejo aquí algunos enlaces donde poder consultar información de interés para preparar la visita.
Aunque no hay una web propia del Muelle de las Carabelas se puede encontrar información sobre los horarios y las entradas en este enlace:
http://www.diphuelva.es/Rabida/contenidos/Muelle-de-las-Carabelas/
Si además aprovechamos la escapada para visitar el monasterio de Santa María de la Rábida, podéis echar un ojo aquí:
https://www.lugaresconhistoria.com/monasterio-de-la-rabida
En resumen…
Visitar el Muelle de las Carabelas con niños es una gran idea. En familia, podemos disfrutar y aprender historia de la mejor forma posible. La imaginación de los niños no tiene fin y a bordo de las carabelas Pinta y Niña y de la nao Santa María pueden ponerse en el lugar de esos tripulantes que durante muchos días surcaron el Atlántico en busca de la Indias, y acabaron descubriendo, en nombre del «Viejo continente», uno nuevo desconocido hasta el momento para los europeos.
¿Os animáis a vivir la experiencia en familia?
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