Por fin es septiembre. Es tiempo de reencuentros y de preparativos pero también es la hora de mentalizarnos para la vuelta a la rutina. Lo cierto es que la rutina de las familias con hijos está marcada por el calendario escolar…y es que el año… empieza en septiembre.
Durante las vacaciones, las familias, hemos ido y venido pero conforme se ha ido aproximando la fecha de la vuelta a los colegios, nos hemos ido reencontrando. ¿La pregunta que más hemos repetido?, ¿cómo han ido las vacaciones? Hemos oído respuestas diversas pero…con frecuencia…
-¿Cómo han ido las vacaciones?
-Bien. Aunque muy laaarrrrrgas
Esta es una respuesta de adulto porque si preguntamos a nuestros hijos la respuesta habrá sido una bien distinta. Es una pena que a nosotros, padres y madres nos resulte pesado el periodo vacacional de nuestros hijos. Con los hijos en casa de vacaciones se acusan más los dos grandes aspectos que las familias tenemos en contra:
- Dificultades para conciliar trabajo y cuidado de los hijos
- Consecuencias de la renuncia al trabajo o al cuidado de los hijos
Vamos a darle unas vueltas y, ya sabes, si te resulta útil, ¡comparte en redes!
El año empieza en septiembre
Tras un largo verano que nos ha traído muchas cosas buenas y durante el que hemos disfrutado en familia, llega septiembre, empiezan las clases en la escuela infantil y en el colegio y, por fin, tras unas semanas de preparativos infinitos para la vuelta a la rutina, encuentro un momento para pensar.
Siento la necesidad de sacar en claro algunas ideas, así que saltando a la comba, me propongo darle unas vueltas a mi experiencia personal. Estoy convencida de que somos muchos, las mujeres y los hombres, que necesitamos reflexionar sobre los meses de vacaciones que hemos pasado con nuestros hijos en casa.
Hoy, 23 de septiembre, por fin me he sentado frente a alos40.… Lo he echado de menos. Me hice el propósito de no abandonarlo durante el verano, me había marcado objetivos que, allá por junio, veía fáciles de alcanzar, pero las vacaciones me han engullido y las semanas que trabajé en el blog al mismo tiempo que estaba con los niños me pasaron factura (quien mucho abarca poco aprieta). Renuncié a escribir mientras que los niños estuvieran de vacaciones y así poder estar al 100% con la familia. Asumí la renuncia, me sacudí la decepción y disfruté.
No me arrepiento.
Qué necesitan los niños. Descansar de la rutina del curso escolar y exponerse a nuevas situaciones
El año empieza en septiembre, abandoné a los 40… durante el verano pero de nuevo me encuentro sentada tratando de ordenar algunas ideas.
¿Son demasiado largas las vacaciones de nuestros hijos? Desde el punto de vista de la conciliación el periodo vacacional es tremendamente largo. Las familias tienen que hacer malabarismos para cubrir el cuidado de los hijos y las responsabilidades laborales.
Pero, ¿Qué hay de los niños? Los niños necesitan un descanso que les permita desconectar de la rutina de un curso escolar de horarios exigentes, y sobre todo tienen derecho a disponer de tiempo para estar con su familia. Los expertos en desarrollo infantil han escrito mucho acerca de los beneficios derivados de distintas actividades que, disponiendo de tiempo, podemos proporcionar a los niños durante el verano. El neuropsicólogo Álvaro Bilbao habla de ello en su artículo 8-razones por las que las vacaciones son buenas para el cerebro de tus hijos
Poder estar al 100% con nuestros hijos durante sus vacaciones no debería ser un privilegio.
Si el descanso en vacaciones es necesario para nuestros hijos, y pasar tiempo en familia alejados de las rutinas del curso es beneficioso para su desarrollo, poder estar al 100% el máximo de tiempo posible no debería ser un privilegio.
La cuestión es que para muchas familias sí lo es. Lo asumimos y naturalizamos . Nos echamos para adelante (como siempre) y hacemos todo lo posible para proporcionarles a nuestros hijos experiencias que recordar en el futuro. Es injusto para nuestros hijos no poder contar con sus padres al 100% mientras que descansan de la rutina del curso escolar.

Entonces, ¿cómo nos hemos organizado?
De nuevo, durante las vacaciones escolares, se pone de manifiesto lo tremendamente exigente que es nuestra estructura social en el aspecto de la educación de los hijos ¿Cómo nos hemos organizado? Pues a base de renuncias y a costa de nuestra salud física y mental.
Según la situación de cada familia hemos recurrido a distintas ayudas externas: ayuda de familiares, campamentos de verano, excedencias. Todos, recursos con doble cara, la buena y la mala, con ventajas e inconvenientes. Cuando el sistema social que tenemos nos obliga a delegar surgen diversos inconvenientes de unas opciones, que a priori, son ventajosas.
Que nuestros hijos pasen tiempo con sus abuelos o tíos en exclusiva puede aportarles beneficios para estrechar la relación sin embargo ocurre muchas veces que durante el curso hemos sobrecargado de responsabilidad a los abuelos y durante las vacaciones escolares no tenemos más opción que seguir haciéndolo.
Recurrir a los campamentos de verano puede ser una buena idea, pero según la edad de los niños puede resultarles pesado continuar con una rutina horaria, sobre todo si se trata de escuelas de verano en un ambiente cerrado que no ofrezcan actividades al aire libre.
Por otra parte, quien puede permitírselo opta por pedir excedencias en el trabajo durante el periodo de vacaciones escolares. Esto es ideal para pasar tiempo con nuestros hijos pero tenemos que renunciar a trabajar y asumir la consecuente merma de ingresos económicos.
En los casos en que delegamos el cuidado de nuestros hijos en terceros, ya sea familia o campamento, renunciamos al cuidado de nuestros hijos durante las horas de sus vacaciones que coinciden con nuestras horas de trabajo.
Pero…¿Y si además de cuidar queremos aportar experiencias que beneficien su desarrollo?
Al mismo tiempo hemos tratado de proporcionarles a nuestros hijos experiencias enriquecedoras para su desarrollo que, a la vez, nos han dado la oportunidad de disfrutar de ellos.
Salir de la rutina, sin necesidad de hacer grandes cosas, nos ha permitido velos crecer, disfrutar, madurar. Nuestros hijos han pasado tiempo al aire libre, han jugado con agua, han estrechado lazos con sus abuelos, sus tíos y primos (han sido tiempos de estar en familia).
Se han relacionado con amigos a los que vemos menos de lo que quisiéramos, y han hecho amigos nuevos.
Hay quien ha aprendido a montar en bicicleta, quien se echó a nadar en el mar, quien dejó atrás el pañal… Oyeron nuevas historias de voces rotundas, bailaron y cantaron. Han cocinado y probado sabores nuevos… todo, favorecido por un ambiente distendido que nos ha permitido dedicar tiempo a educar sin presión, sin tiempos, aunque sí con cansancio. Ya sabemos que con niños pequeños, las vacaciones lo son para ellos pero para los padres y madres las vacaciones escolares, son tiempos de gran actividad.
El año empieza en septiembre ¿Hay conclusión?
Ahora, a la vuelta de las vacaciones, el año empieza en septiembre. Volvemos a la rutina que nos ayuda a organizarnos la vida a los adultos pero sobre todo a los niños. Ellos llegan cargados de energía y de un punto más de madurez para abordar un nuevo curso escolar. Quizá ahora ya podamos descansar los adultos (al menos bajar el ritmo)
Hemos cuidado de nuestros hijos con o sin ayuda. Lo hemos pasado bien, hemos aprendido juntos y nos hemos sentido unidos. Como padres hemos descubierto nuevos horizontes y capacidades para criar y educar. Como personas hemos conocido un poco más nuestros límites. Todo esto durante un periodo en el que nuestra carga mental y descanso se ha visto comprometido por tener que compaginar trabajo y familia, o bien por tener que renunciar a trabajar o renunciar a criar.
Te leo en comentarios o en las redes. Y, ya sabes…si te acuerdas de alguien al leer el post…
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Estoy totalmente de acuerdo contigo,con respecto a lo que dices en este post.Nos sentimos identificados al 100%.Para nosotros,el año también empieza en septiembre.
¡Me alegra saber que nos identificamos! Con hijos en edad escolar tenemos esta sensación de «año nuevo, vida nueva» en el mes de septiembre.